Después de la pandemia hoy nos planteamos muchos temas con respecto a qué cambió, qué mejoró y qué está generando resultados.

Pensamos que el home office llegó para quedarse, por lo menos en su modalidad híbrida, y ciertamente está ocurriendo, pero en un sector muy pequeño de la población laboral.

Se han organizado foros, mesas redondas para discutir el tema y nos olvidamos del resto de los colaboradores que, por la naturaleza de su trabajo, nunca podrán trabajar en esta modalidad y que son la gran mayoría.

El mundo cambió a causa de la pandemia y tuvimos que replantearnos muchas cosas. Y la forma de trabajar y la interacción humana también. Se le ha dedicado mucho tiempo a analizar el trabajo remoto y sus efectos en el personal, lo cual no está mal, ya que quizás fue lo que más impacto tuvo en los colaboradores, sin embargo, estamos perdiendo de vista a la gran mayoría, aquellos que sí continuaron asistiendo a sus trabajos por la misma naturaleza de su actividad. Ellos también fueron afectados y poca atención se les ha dado.

El temor y el miedo por contagiarse generó traumas y fobias que han sido poco atendidas y de las que prácticamente no se habla. Imaginemos a todas esas personas que no podían ausentarse y que por necesidad debían presentarse a trabajar, usar el transporte público, utilizar todo el tiempo protección, inhalar su propio aire con una gran cantidad de bióxido de carbono, usar gafas protectoras y muchas otras cosas más que han hecho del trabajo un verdadero suplicio.

Miedo, incomodidad y una fuerte disminución de la interacción humana, definitivamente han afectado a este sector que es muy valioso para la subsistencia de las organizaciones.

Muy pocas empresas implementaron transporte para el personal, y menos aún dieron apoyo psicológico y servicio médico interno. La NOM-035, recientemente implementada y poco auditada dada la pandemia, no alcanzó a reforzar todos esos temas de bienestar psicosocial en el trabajo que, sin lugar a duda, hubieran ayudado a mitigar el impacto en las circunstancias del trabajador.

La felicidad y satisfacción en el trabajo es muy importante ya que genera mayor productividad, más calidad, mejor servicio y en general impacta en los resultados positivos del negocio. Es tiempo de invertir en estos temas, ya que también mitigan gastos como la rotación y ausentismo del personal.

El pensamiento común de los empresarios es que eso cuesta mucho dinero; y que tener un buen clima laboral es muy “fresa” y solo para empresas de «alta alcurnia». No se han detenido a pensar porqué esas empresas son exitosas.

Pero ¿es realmente caro invertir en tu personal? La creatividad y el liderazgo son la clave en este tema. Muchas veces tener un buen trato hacia el personal, hace maravillas y eso lo hace un buen líder, ¿eso es caro? Reconocer el trabajo bien hecho con una palabra de aliento o de agradecimiento, también sirve y mucho. Como te darás cuenta hay cosas tan pequeñas y sencillas de hacer, que no representan un costo y que impactan positivamente en el trabajo.

El mundo cambió y seguirá cambiando, es una constante con la que debemos aprender a vivir. Los viejos pensamientos ya no aplican y las viejas generaciones van siendo sustituidas por los nuevos talentos que traen formas de pensar innovadoras y creativas, donde el error es una constante que permite aprender y mejorar.

Hoy tenemos la gran oportunidad de cambiar y ser mejores en todos los sentidos, ya que, es eso o condenarte a desaparecer como organización e incluso ser ignorado como persona.

El trabajo remoto, híbrido y presencial con tiempos flexibles y enfocado a resultados es lo de hoy. Los empresarios deben darse la oportunidad de entender estas formas de trabajar y utilizarlas adecuadamente. Desarrollar sus habilidades de liderazgo y conocer sus fortalezas de carácter para ser verdaderos motores del desarrollo económico de sus organizaciones y de su entorno.

Por Edgar Rosas

Integrante del Grupo Especializado del Club de Oratoria de Canaco CDMX